Mientras Weir lucha por hacer frente a la pérdida de su equipo, su relación con Ben cae presa de su paranoia y desconfianza. Después de conectar los puntos entre la senadora Nora Evers y Crowley, Weir y su equipo hacen un plan para finalmente llegar a Crowley organizando un robo en una instalación de máxima seguridad. Mientras tanto, un interno angustiado pide ayuda a Eliza.